Los delitos de orden público se refieren a aquellas conductas que afectan la paz y la convivencia social, así como la autoridad de las instituciones del Estado. La regulación de estos delitos se encuentra principalmente en el Código Penal.

Uno de los delitos más relevantes en esta categoría es el delito de desórdenes públicos, que abarca actos como alteraciones graves del orden en espacios públicos que causen alarma entre la población. Este tipo de conductas incluye, entre otras, la participación en tumultos, la obstrucción de vías públicas o la ocupación violenta de edificios.

Otro aspecto importante dentro de los delitos de orden público es el delito de resistencia y desobediencia a la autoridad. Este delito se comete cuando una persona se resiste activamente o desobedece de manera grave a un agente de la autoridad en el ejercicio de sus funciones. La pena puede variar dependiendo de la gravedad de la resistencia o desobediencia.

La apología del terrorismo y la incitación al odio también se consideran delitos de orden público. La apología del terrorismo, regulada en el artículo 578 del Código Penal, sanciona a quienes enaltezcan o justifiquen públicamente actos terroristas. Por su parte, la incitación al odio, hostilidad o violencia contra grupos o individuos por motivos racistas, antisemitas u otros referentes a la ideología, religión o creencias, entre otros, también está contemplada en el Código Penal.

La tenencia ilícita de armas no solo constituye un riesgo para la seguridad pública, sino que también puede facilitar la comisión de otros delitos graves, incluyendo aquellos de naturaleza terrorista. Las penas por este delito pueden ser severas, reflejando la gravedad de poner en riesgo la seguridad de la sociedad.

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